Recursos en el diagnóstico educativo

 RECURSOS DEL DIAGNÓSTICO EN EDUCACIÓN.

 

  1.1.  Clases de recursos.

Los recursos son aquellos conocimientos, procedimientos y herramientas que se usan en el proceso de diagnóstico.

El primer tipo, por tanto, son los conocimientos aportados por la ciencia en cuestiones como las variables a estudiar, sus relaciones, los enunciados contrastables que se derivan de esas relaciones, de las consecuencias adaptativas que se derivan de determinados estados de esas variables, etc.

Otro tipo son los procedimientos de carácter técnico aplicables a las distintas tareas del diagnóstico, como la operativización de variables, la recogida de información, tratamiento de la información, contraste de hipótesis, elaboración de predicciones, confección del informe, etc.

El último son las herramientas o utensilios que podemos usar en algunas tareas como los de recogida de información, herramientas informáticas, archivos, registros, etc.

Un buen profesional debe contar con un buen arsenal de recursos del tipo uno y dos, pues los del tres son accesorios y menos importantes.

         1.2.  Recursos para la recogida de información.

Antes de ver los utensilios más usados en la recogida de información, hay que recordar que la información obtenida con ellos es del comportamiento observado y las inferencias que se hagan después son independientes de los instrumentos y de la información suministrada por ellos, pues podemos, a partir de la misma información, inferir, siguiendo los distintos paradigmas, con lo cual son muy diferentes las conclusiones en cuanto al grado de alejamiento de los datos, pues los modelos conductista y conexionista darían conclusiones cercanas al comportamiento observado en los datos mientras que el modelo de rasgos y el cognitivo las darían lejanas de los datos.

El utensilio básico es la observación, con distintas variantes; así, referente al objeto de la observación, puede referirse a las respuestas fisiológicas, motoras y cognitivas o a sus productos. En cuanto a quién observa, puede ser realizada por el propio sujeto, o por otras personas. Según la situación, dónde se observa, puede ser situaciones naturales o artificiales (laboratorio). Según cuándo se observa, puede ser actualmente o con posterioridad.

La combinación de estas modalidades da lugar a numerosos tipos de observación que ha originado una serie de técnicas con las que llevar a cabo la recogida de información.

         1.3. Técnicas de observación propiamente dicha.

Se refieren a la observación intencionada, más o menos sistemática y estructurada del comportamiento del sujeto hecha por observadores expertos. Aquí se distinguen:

  • Registros narrativos. Son descripciones escritas u orales registradas por algún sistema de grabación, de lo observado. No están estructurados.

  • Escalas de apreciación o estimación (rating scales). Son un listado de descripciones comportamentales, en las que un conocedor del sujeto marca la intensidad de dichas conductas.

  • Catálogos de conducta. Son un listado de conductas, en las que hay que marcar si se dan o no. Hay dos tipos:
  1. Registros de conductas. Las conductas van en relación con ciertas situaciones o condiciones ambientales.
  2. Matrices de interacción. Las conductas van en relación con las conductas de otras personas o en relación con la variación de otros componentes ambientales.

  • Registros de productos de conducta. Son el registro de consecuencias, logros o resultados del comportamiento del sujeto en una situación natural o artificial. Ej.: los resultados de cualquier test de inteligencia o aptitudes, pruebas de rendimiento.

  • Procedimientos automáticos de registro. Son dispositivos que sirven para observar o registrar la conducta y que disminuyen las distorsiones producidas por el observador y del sujeto observado. Ej.: las cámaras de vídeo, y otros aparatos mecánicos.

         1.4. Técnicas objetivas.

Son aquellos procedimientos basados en respuestas del sujeto no controlables por este, que quedan registradas por aparatos muy complejos que además analizan la información sin intervención del evaluador. Son por tanto, muy objetivas. Según el tipo de actividad que detectan estos aparatos, se distinguen técnicas cognitivas, técnicas motoras y técnicas psicofisiológicas.

Las primeras se subdividen en función del proceso hacia el que se dirigen: atención (el polirreactígrafo), percepción (taquitoscopio, cámara oscura, aparato del fenómeno phi, medida de ilusiones ópticas, etc), memoria (tambores de memoria), aprendizaje (apato. Aprendizaje discriminativo, apto. Condicionamiento humano), formación de conceptos (silla vibrátil).

Las psicofisiológicas, se subdividen según el tipo de respuesta fisiológica que miden: respuestas del sistema somático (electromiografía, respiración, movimientos oculares), respuesta del sistema nervioso autónomo(tasa cardíaca, presión y flujo sanguíneo, temperatura corporal, etc), respuestas del sistema nervioso central(encefalografía, respuestas evocadas), respuestas del sistema endocrino.

         1.5. Técnicas de autoinforme.

Aquí el sujeto realiza una autoobservación de sus comportamientos motores, cognitivos o fisiológicos actuales, o bien, recordar los ocurridos en el pasado. Hay cuatro tipos principales:

  • La entrevista, es el más usado. Puede realizarse también a conocidos del sujeto.
  • Cuestionarios, inventarios y escalas, están estructurados en formularios de preguntas o conductas relacionadas con diversos ambientes.
  • Autorregistros, en los que el sujeto registra sus conductas. Hay cuatro tipos:
  1. De papel y lápiz.
  2. Contadores de respuesta, son aparatos para marcar la frecuencia de determinada conducta.
  3. Dispositivos de tiempo, son cronómetros, que miden la duración de determinadas conductas.
  4. Dispositivos electrónicos, que graban las conductas.

  • Pensamiento en voz alta, que verbalizan en situaciones artificiales, los pensamientos del sujeto en relación con determinadas situaciones o tareas. Se distinguen:
  1. Monólogo continuo, verbaliza todos sus pensamientos.
  2. Muestras de pensamiento, verbaliza sólo los de algunos momentos.
  3. Registros de eventos, verbaliza cuando se lo pide el observador.

 

1.6. Técnicas subjetivas.

Son consideradas como una modalidad del autoinforme. Permiten calificar o clasificar en base a los atributos dados por el sujeto sobre sí mismo, sobre otros, sobre objetos, o los que otros hacen sobre el individuo en cuestión. El material aquí es semiestructurado, la respuesta es voluntaria, y el tratamiento de los resultados no están reglados. Las técnicas más usadas son:

  • Listas de adjetivos, que debe marcar como los que mejor le describen, o graduarlos con números.
  • Clasificación Q, dada por Stephenson, son descripciones verbales sobre la conducta externa o experiencia interna del sujeto, expresadas en tarjetas. Debe clasificar las tarjetas en bloques según la frecuencia o aplicabilidad al sujeto.
  • Diferencial semántico, dado por Osgood, usa adjetivos bipolares para saber los significados que una serie de estímulos tiene para el sujeto.
  • Test de constructos personales (REP), dado por Kelly, identifica los constructos personales que el sujeto usa para caracterizar a las personas y elementos ambientales.

 

1.7. Técnicas proyectivas.

Buscan muestras de conducta verbal, gráfica o constructiva del sujeto, para analizar su dimensión cognitiva y afectiva. Suelen darse en situaciones artificiales y según el material presentado al sujeto para evocar su respuesta, se distinguen en:

  • Estructurales, con material visual poco estructurado y el sujeto debe estructurarlo en una figura coherente.
  • Temáticas, con material visual, con distinto grado de estructuración y debe estructurarlo en forma de historia.
  • Expresivas, con una consigna verbal que pide al sujeto que haga un dibujo.
  • Constructivas, con material manipulativo de piezas y debe estructurarlo espacialmente.
  • Asociativas, palabras o frases a las que debe responder con asociaciones.

Bibliografía:

Anaya Nieto D. Diagnóstico en educación. Ed. Sanz y Torres Madrid 20002

Deja una respuesta